Cada vez que el calendario nos da un martes y 13, todos nos acordamos de la mala suerte. Aunque no creamos demasiado en estas cosas. Pero todos tenemos muy asumidas algunas pequeñas supersticiones. A pocos les gustas pasar debajo de una escalera. Algunos se agitan un poco cuando se rompe un espejo. Muchos se quedan mirando con cierto respeto cuando se cruzan con un gato negro. Pero casi todos nos «preocupamos» cuando vemos que es martes y 13.
Obviamente es una preocupación menor. No va a marcar nuestro día. Pero siempre nos llama la atención cuando el calendario nos trae esta combinación. Ahora bien. ¿Sabéis cómo se originan esta superstición? Hoy os contamos algunas curiosidades.
Martes y 13 y sus antiguos orígenes
La verdad es que no está nada claro el origen de esta superstición. Más bien sería por un conjunto de factores. Lo cierto es que, en diversas culturas y fuentes, el número 13 tiene un carácter «complicado». Para los cristianos, por ejemplo, es un número de mal augurio, ya que había 13 asistentes a la Última cena de Jesucristo. En la Kabbalah judía, en el capítulo 13 se describe la llegada del anticristo y eran 13 los espíritus malignos. También en la mitología nórdica hay referencias al 13. No en vano, Loki era el décimotercer invitado a la cena de los dioses. Incluso en el Tarot, la carta número 13 es la que representa a la muerte. Así que, como vemos, este número siempre ha tenido asociaciones de mal augurio.
Pero, ¿qué pasa con el martes? ¿Por qué precisamente este día y no otro de la semana, es el que forma el conjunto de mala suerte? Inicialmente, el martes tiene su origen etimológico en el dios Marte. Este dios romano estaba vinculado a la guerra. Pues bien, la caída del Imperio Romano de Oriente tuvo su origen en un martes y 13. No en vano, en esa fecha de 1453, cientos de soldados y navíos cayeron en la batalla ante los musulmanes. Esta derrota se vinculó a un eclipse lunar y se asoció con la fecha que ocurrió. Desde entonces, culturalmente se extendió la creencia de que éste era un día de mala suerte.
En cualquier caso, nosotros no queremos que hoy sea un día de mala suerte. Por eso os animamos a que echéis un vistazo a ese espejo roto que tenéis en el cuarto de baño. Que acariciéis al gato negro de vuestra vecina. Que paséis por debajo de la escalera del limpiador de ventanas de vuestro edificio. Y, como no, que compréis nuestra carpa plegable amarilla. Porque un martes y 13 siempre puede asociarse también con la genial pareja cómica que todos conocemos. ¡Feliz martes y 13!