Tras la larga espera del invierno, los primeros calores suelen traer consigo, además de alergias primaverales, la vuelta a nuestras calles de estos emblemáticos y tan queridos eventos. En España tenemos una buena muestra de los mejores mercadillos de Europa, algunos tan conocidos como el Rastro de Madrid, el Mercantic de Barcelona, el Zoco en el Parque de María Luisa de Sevilla o el Mercado Semanal de La Bañeza, en León, todos con sus pros y sus contras, pero que desde luego no dejan indiferente a nadie. En ellos podemos pasearnos, tanto por vanguardistas espacios de nueva creación, como por entornos con cientos o miles de año de historia, donde, entre puesto y puesto, cada uno personalizado con brillantes colores y llamativos nombres que buscan atraer nuestra atención, los artesanos y vendedores ambulantes nos ofrecerán sus productos.
Creo que pocas
cosas definen tanto una ciudad como su mercadillo tradicional. Porque en cada pueblo, villa, población o capital de este país hay un mercadillo, que generalmente una vez a la semana, convierte sus calles y plazas en un hormiguero de personas, puestos ambulantes de comida y carpas plegables de todos los colores donde se acumulan bolsos de piel, discos musicales de diversos estilos, vestidos, camisetas, muebles de segunda mano…sí, a veces de dudoso gusto, pero muchas veces ahí está la gracia, en encontrar entre objetos “indefinibles” esa ganga que tanto tiempo llevabas buscando y ya no sabías donde encontrar.
Hoy en día, gracias a Internet, podemos tener información de qué podemos encontrar en ese mercadillo con el que nos podemos topar en nuestro viaje de fin de semana o en cualquier día festivo que tanto nos gusta encontrarnos de repente en el calendario laboral. En esta web podréis encontrar información de muchos mercados tradicionales y mercadillos artesanos de toda España…y quien sabe, puede que uno de los tenderos que os encontréis monte su puesto con alguna de nuestras carpas para ferias! A nosotros, desde luego, nos hará mucha ilusión encontrarnos con uno y saber que hemos podido contribuir a que esta tradición tan nuestra se mantenga en el tiempo.
