Un año más el 23 de abril se convierte en un día de peregrinación de todos los catalanes con ansias de comprar su libro y su rosa para su mujer, hombre, amigo, amiga, novio, novia o familiar. El día de la diada de Sant Jordi es un día mágico para todos, puesto que no es muy normal ver a tanta gente en la calle con esa actitud positiva, sonrisas en sus caras, relajados y pasando por las Ramblas, Paseo de Gracias o las principales calles abarrotadas de carpas plegables una al lado de la con sus mesas en el interior todas llenas de los libros de moda. Al otro lado los escritores de moda uno al lado del otro, pluma en mano, dispuestos a firmar dedicatorias a todos los fans que se lo soliciten. Los más discretos se conforman con una simple rúbrica, los más osados además de entregar varios ejemplares del libro, no dudan en sacar su teléfono móvil para hacerse un selfie con su estrella. Normalmente eso sucede cobijados bajo una carpa plegable
Los escritores ya no son hombre o mujeres, de cultivada apariencia, con aspecto intelectual y con gafas de haber estado muchas horas leyendo o escribiendo. Ahora lo más normal es ver al cocinero de moda que colecciona estrellas Michelín, a la protagonista de la tele más cerca de una Belén Esteban poco dada a la literatura contemporánea y más dada al espectáculo absurdo. Pero los tiempos han cambiado y ahora preferimos el libro oficial de Gran Hermano que el Quijote de Cervantes.
También nos encontramos por las calles barreños llenos de rosas rojas impresionantes con largos tallos, que inmigrantes venidos de no se sabe donde no dudan en vender con la bandera de la estrella puesta, ellos no saben por qué, pero eso ahora vende y por vender uno hace lo que sea.
Pero a veces nos interesamos más en el libro o la rosa que, en la propia tradición, porque estamos en la época de que Sant Jordi parece que está creado por el Corte Inglés o por nuestra tienda online de moda (que no voy a hacer más propaganda porque es mejor nuestra tienda online de carpas). Así que conocer un poco la historia de la diada de Sant Jordi seguro que nos va muy bien a todos. La costumbre del libro o la rosa, viene por la costumbre de que la muerte del Santo fue el 23 de abril de 303, así que la UNESCO ha proclamado el Día Mundial del Libro a esa fecha.
Según cuenta la leyenda, en Capadocia existía un dragón que atacaba el reino y los habitantes decidieron que mejor darles dos ovejas en lugar de esperar que el dragón les atacara cada vez. Así lo hicieron hasta que las ovejas empezaron a escasear y empezaron a enviar personas con una sola oveja para que el dragón tuviera su comida, eso hacía que a las familias que perdían a uno de sus miembros, les enviaran dinero y bienes para compensar la pena. Pero llegó un momento que en el sorteo le tocó a la princesa que tuvo que ir tal como habían hecho los demás a perder la vida ante el dragón. Pero la princesa tuvo la suerte que de camino a ver al dragón se encontró con un joven caballero llamado Jorge (o en catalán Jordi), que no dudo en luchar para que la princesa no perdiera la vida ante el malvado dragón. El valiente Jorge o Jordi, no solo consiguió matar al dragón, sino que, además al matarlo empezó a salir sangre y de la sangre acabó brotando una rosa que regaló a la princesa. Verdad o mentira, la leyenda es bonita. Luego a este personaje valiente llamado Jorge, se le agasajó con dinero y bienes que decidió repartir con el pueblo y además se construyó una Iglesia en su nombre.
San Jorge o San Jordi en Cataluña, se ha convertido en una historia suficientemente bonita y carismática para que todo el mundo la mire con admiración y simpatía y por qué no intenta que no solo se convierta en una historia de comprar libros o rosas si no en día con un simbolismo especial.
Si tienes la oportunidad de pasear por las calles de Barcelona, probablemente veas algunas de nuestras carpas plegables de Sant Jordi
